NORUEGA 2006.

Rafelia cumple un sueño: NORUEGA. Esperábamos mucho de este país, pero aún nos dio más, es de una belleza inenarrable.
   La primera semana de nuestro maravilloso viaje estaba destinada a conocer el espectacular Sognefjorden, el fiordo de los sueños. Aconsejados por nuestros tíos Nuria y Jose, elegimos como campo base el inolvidable pueblo de Balestrand (si el paraíso existe está aquí). Ellos nos ponen en contacto con Oscar, Marta y resto de la familia Kviknes, dueños del hotel más conocido del país: H. Kviknes, sito en el edificio de madera más grande de Escandinavia. En su restaurante con vistas al fiordo, disfrutamos de románticas cenas con su maravilloso buffet (82e/per, a nosotros nos invitaban,je,je).No tenemos palabras para agradecer como se portó toda la familia con nosotros!
   Nuestras rutas fueron: cruceros a Bergen, encantadora ciudad famosa por su mercado de salmón; a Flam, donde realizamos la fascinante ruta en el tren de Flamsbanne; al mágico pueblo de Faerland, de aquí llegamos al glaciar Boyabreen. Otra excursión fue al glaciar Josteldalsbreen, con 5h andando sobre el hielo, atravesando grietas y conos de más de 30m de profundidad, espectacular! La última ruta desde Balestrand fue la subida al imponente pico de Raudmalen, tardamos 7h, los noruegos lo hacen en 5h (son unos bestias subiendo y bajando montañas).
   En la segunda semana llegamos a Geiranger, uno de los fiordos más bonitos del país. Desde aquí realizamos la mágica ruta de los Trolls, con sus innumerables cascadas.
   Los últimos días los pasamos en el P.N. de Jotunheimen, en el pueblo de Lom, desde donde comienza el trekking más famoso de Norway, los 15km que atraviesan el indescriptible Desfiladero de Bessegen, no apto para los que padecen de vértigo! Andamos 9h sin parar, con sol, lluvia y granizo, con tramos de alpinismo colgados a 2786m, sin ninguna duda el trekking de nuestra vida!
   Nunca os olvidéis de Norway al organizar un viaje, por sus paisajes, sus colores, sus pueblos, su gente, sus glaciares, sus fiordos, sus renos y alces, sus iglesias vikingas y sobre todo, porque al sentarte en un banquito, delante del Kviknes Hotel de Balestrand, podrás descubrir la paz.
FOTOS DE NORUEGA'06