Cuando los romanos conquistaron Paris, en el año 55a.C. era una pequeña aldea de pescadores de la Île de la Cité que sufría fracuentes inundaciones. Los Francos vencieron a los romanos, le dieron su nombre actual y la conviertieron en la capital de su reino.
A la vuelta de París, al igual q les pasó a los Francos, rafelia no puede dejar de proclamar Paris como la capital de su reino. Comentaré algunas de la sensaciones únicas vividas aquí, que dan crédito a este hecho:
– Alojarse en el H. Le Jardin de Cluny, al lado de la Plza. de La Sorbonna, donde todavía se escuchan las voces de Daniel el rojo y sus amigos que, un 05 de Mayo de 1968 le plantaron cara al mundo en pro de la libertad y de los derechos humanos.
– Recorrer les Champs Elysées, desde el arco del triunfo hasta la Plce. de la Concorde, adentrarse en los jardines de Les Tuileries y observar atónito, como las majestuosas fachadas del Louvre se gustan al descubrirse ante el mágico espejo que supone la pirámide de cristal de Pei.
– Pasear por Montmartre abriendose camino entre músicos y pintores, hasta llegar a la cuesta del Calvario, donde dejarse llevar por la música de una de las bandas de jazz más canalla de toda la ciudad. Cuidado con esta experiencia pq es casi diabólica… y adictiva!
– (Nuestro momento favorito del día)Tomar le petit dejuner en le Pain Quotidien. La magia de compartir esas grandes mesas de madera con gentes venidas de todo el mundo, sus fantásticas mermeladas, sus croisants, panes, zumos… recrean un fabuloso mundo orgánico para un inicio de día que, seguro, será inolvidable.
– Adentrarse en el impresionante barrio de Le Marais es una experiencia sobrecogedora. Pasear por la Plce. des Vosgues imaginándote a Víctor Hugo entre sus jardines; estremecerse ante la mampostería del Hotel de Ville y esuchar las voces de todas aquellas personas que, en esta plaza, murieron en la hoguera o en la orca; y para tener una experiencia más q religiosa, hay que disfrutar de la boutique Mariage-Frères, un lugar paradisiaco para unos té-adictos como nosotros.
– Pasear por St. Germain des Près, tomar un cafè-crème en el Cafè de Flore o en Les Deux Margotts, epicentros de la escena intelectual tras la 2ªguerra mundial. Filósofos y artistas se reunieron aquí durante décadas donde la filosofía existencialista coexistía con el jazz americano. Hoy, bohemios, filósofos, políticos y diplomáticos, siguen emulando a Jean Paul-Sartre o Simone de Bavoir.
-Pasear por Les Invalides, contemplando el art-nouveau de sus lujosos edificios, y sin saber todavía q estás a punto de rendirte sin contemplación ante uno de los espectáculos + fabuloso del mundo: Rue Cler, el mercadillo +lujoso y fascinante de París. Las mejores tiendas de foie, espectaculares fromageries, huîtreries, boulangeries, champangeries, emocionantes tiendas de vinos, fruterias,… esto es un Paraíso!!! (Los de la Rue Montorguell -Les Halles- y Rue Le Pic -Montmartre-, también son dignos de mención)
– Cenar en uno de los miles de maravillosos restaurantes, como pueden ser el R. Senderens (en la Madeleine), o el R. Le Petit Chatelet (con unas insuperables vistas del Senna y Notre-Damme)
– 14 de Febrero, pasear con mi chica por la Île de la Cité en esta mañana de sábado que amanece nevada, me hace sentir un verdadero dejá-vú; no, no había vivido esto antes, de lo q sí estoy seguro es de haberlo soñado cada día de mi vida. Como no sólo de romanticismo vive rafelia, paramos en la Casa Lafite, una de las +prestigiosas en el mundo del foie. Un bocadito de este manjar maridado con un Sauteners… me siento levitar!!!
– Paseos nocturnos por la Rue de la Huchette, con multitud de rest. griegos, indios, creperies y cuevas donde escuchar el mejor jazz de la ciudad. Un espectáculo.
– Si se tiene tiempo, también se puede visitar lo típico: Louvre, Sacré-Coeur, Dôme, Ópera Garnier, Panthéon, Saint Chapelle, Madeleine,… pero si no lo tienes, no lo pierdas, pq todavía me queda contar lo mejor: 1, perderse por las impresionantes librerías q ofrece París, es un placer único verlas llenas de gente, a destacar la librería Sakespeare&Co. en la Rue de la Bucherie; 2, encontrarse cara a cara, en el Museo Rodin, frente a su Pensador o a su Balzac. Todavía hoy, cierro los ojos y los tengo ante mí, majestuosos, emocionantes.
Recuerdo cuando los caminos de mi chica y el mio se cruzaron, como lo hacen las laberínticas calles de París. Hoy, aquí, junto a "mi teta", tengo la sensación de que me pasaría horas, días, una vida entera, contemplando el panorama q se extiende ante mí, y a cada segundo comprendería que quiero compartir mi vida con ella, siempre. Siento la belleza de este lugar en todos los rincones de mi mente. París, creo q nunca podré olvidarte.
… gracias, MI VIDA, por unos días inolvidables…
He viajado poco,pero a Paris fui hace tiempo y digo lo mismo creo que no podré olvidarme
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