ALASKA, LA MAYOR AVENTURA JAMÁS VIVIDA...

Recuerdo aquel verano del 88, tenía 12 años… una lesión de rodilla me dejó sin campamento, pero me regaló un descubrimiento televisivo que revolucionaría las entrañas de mi imaginación: “Dr. En Alaska”. Esta serie, llenó de color, alegría y esperanza, lo que pensaba iba a ser un horrible verano.

   Sus increíbles paisajes, aquellas extrañas casas, los osos y alces que caminaban a sus anchas por las calles del pueblo, y sobre todo, sus personajes, me hacían volar cada noche a ese maravilloso pueblo situado en un espectacular y lejano lugar llamado Alaska.

   Con 12 años jamás pude haber imaginado que hoy, 20 años después, estaría aquí, contando mi viaje a Alaska, contando la culminación de mi gran sueño.

   Todavía hoy, semanas después de mi regreso, me es difícil conciliar el sueño, no puedo dejar de pensar en esos increíbles e interminables bosques boreales; en los espectaculares glaciares; en la mágica aurora boreal de Cooper Center; en los inenarrables colores que tiñen los paisajes de Alaska, creando escenas verdaderamente irreales e hipnotizadoras…

   Hoy, sigue emocionándome  el recuerdo de haber vivido desde dentro, en primera persona, la realidad de la vida salvaje. Para un loco de la Naturaleza como yo, resulta inolvidable el salto de una ballena jorobaza en Resurrection Bay; el encontrarse a 10m. de los increíbles leones marinos de Steeller; los ríos tintados de rojo por miles de salmones, exhaustos por llegar a su lugar de nacimiento; resulta imposible no emocionarse ante las ardillas, mofetas, nutrias, águilas, zorros, lobos, alces y osos que se han cruzado por cada camino que hemos recorrido.

   Pero lo que jamás imaginábamos, era que volveríamos de Alaska con la certeza de que, lo mejor de estas frías tierras, son las gentes que aquí habitan… jamás tuvimos una acogida tan calurosa, tan amable, tan emotiva como la que nos brindaron Grace & Hill en Talkeetna; Rico Fernández y su esposa en Anchorage; Soo en Seward; nuestro querido amigo CD en Copper Moose (nunca olvidaré el abrazo de despedida de mi chica con CD); nuestra queridísima amiga Juxia en Homer; y sobre todo, nuestra “mamá alaskeña” Rose en Valdez (jamás vi a mi chica tan emocionada en una despedida).

   Han sido muchas experiencias emotivas e inolvidables; como encontrarse cara a cara frente al gigantesco McKinley, verdadero rey de uno de los lugares más bellos del planeta, el Denali N.P.; sobrevolar el Wranguell St.Elias N.P. y visitar los antiguos poblados de la fiebre del oro; estremecerse ante el increíble rugido del Child’s Glacier, pero por encima de todo, voy a confesar que me quedé atrapado en el Domingo 16 de Sept. Ese día, teníamos la suerte de ser una de las 8 personas que, cada día y solamente en Agosto y Sept., pueden visitar Katmai N.P., la tierra del gran Gryzzli. Los paisajes son de una belleza tal que parecen lienzos de los mejores artistas, pero la grandeza de este lugar radica en encontrarse frente a frente, sin coches ni barreras de por medio, ante un majestuoso Gryzzli q puede llegar a medir 3m y pesar 600kg. La sensación de profunda y verdadera libertad q me produjo esta apasionante experiencia me tiene atrapado hasta la médula… y no me suelta!!!

   C. McCandless, protagonista del libro y peli “Hacia Rutas Salvajes”, escribió: “vengo a morir al lugar más bello del mundo, aunque nunca alcanzaré la felicidad, ya que es imposible alcanzarla si ésta no es compartida”.

   Yo, en Alaska, me sentí feliz, tanto como nunca imaginé… tuve y tengo la mejor compañía. Estoy seguro de que la magia de mi chica es la “culpable” de los inimaginables colores de los paisajes de Alaska; estoy seguro de q su luz es capaz de penetrar en los corazones de todas las personas que se cruzaron en nuestro camino, convirtiéndose éste, en un camino mágico lleno de encuentros inolvidables…

   A mi chica le debo que, el sueño de aquel chico de 12 años, se haya hecho realidad…

   Tengo la certeza de q mi chica es poseedora de una luz, de una luz muy especial…

   FOTOS ALASKA'09