jueves, 4 de noviembre de 2010

CANTABRIA, Sept'08.

EN BUSCA DE LAS HADAS DEL BOSQUE
Cuenta la mitología cántabra que la Anjanas son unos seres mágicos, creadas por  la Naturaleza, para proteger a las personas que se pierden por los bosques, montañas y playas de esta maravillosa tierra.
   Acompañados por las hadas del bosque, nuestro viaje comienza en las espectaculares tierras de Fuente Dé, entrada sur del P.N. de Picos de Europa. La situación del Parador, sin duda, uno de los lugares más bonitos de este país, www.parador.es. Hicimos los 3 espectaculares treking q se pueden hacen por la zona, a destacar la cuesta de Áliva, 9h de una antigua ruta minera dónde descubres la dureza de ese trabajo mezclada con la grandiosidad de la Naturaleza que sólo aquí es posible observar!
   Unos días en Santillana del Mar, catalogado como el pueblo más bonito de España. Alojamiento: http://www.turismosantillanadelmar.com/index.php?M=section&S=view&id=4 , ofrece una estancia de ensueño. El gran tesoro de Santillana es pasear por sus encantadoras calles, ya sea al anochecer o al amanecer, y deleitarse con el aroma a sobao y quesada pasiega proveniente de cada rincón de este inolvidable lugar que, al menos, debiera visitarse una vez en la vida.
   Llegada a Santander, www.hotelreal.es. Es el momento que estábamos esperando desde hace mucho tiempo y por lo que hemos venido a Cantabria. Hoy cenaremos en la Bodega la Cigaleña, donde nos espera Andrés Conde, uno de los mejores sumilleres del mundo! El espectáculo resultó inenarrable. El trato recibido, la cocina, el servicio del vino… insuperable! Enológicamente asesorados por Andrés nos dejamos llevar al país de las mil maravillas, del que no se quiere volver nunca.Los vinos, en nuestro rincón de catas.
   Para colofón, descubrimos una joyita de hotel rural en el valle pasiego de Vargas, en una aldea llamada Rucandio. Un mundo de paz, naturaleza, alta gastronomía y relax es posible aquí: www.fidelis.es.
   Y como siempre, si a Cantabria le sumas la sonrisa de mi chica, puedes tener la impresión de que la felicidad está muy cerquita… muy, muy cerquita. 

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